Dudas o certezas, permanecer inmóvil o partir... La decisión puede ser sólo un instante de claridad.
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Sentada frente a la ventana se dio cuenta de que había visto pasar el mismo atardecer cientos de veces, que los días se hacían copia de sí mismos una y otra vez, que las historias no existían y que sólo había una ventana algo empolvada a través de la cual se veía la vida. Presintió entonces que el final estaba cerca, que no habría pronto más atardeceres, que las historias en realidad no existían y que no había principitos visitando planetas. Entonces se levantó, hizo sus maletas y salió.
© 2007 Sandra Romo
© 2007 Percy Ochoa (ilustración)
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Conversación en la Forja
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