¡Encended las fraguas!
¡Martillad sin prisa pero sin pausa!
Dadle forma al fuego primigenio
y con la tinta cósmica de los sueños
preparaos para grabar vuestro nombre en cada estrella.
Esta noche perecerá el olvido
y un nuevo hijo del tiempo
habitará bajo la bóveda celeste.
Pues fue largo el interregno
y demasiado durmió el león en su trono.
y la tupida selva humana
precisa oír sus rugidos.
Ya amanece,
nueva era en el eterno ciclo de las ideas.
Cual fénix primigenio
escuchó el llamado de su madre
y de sus mismas cenizas ardientes se levanta
abriendo sus cósmicas alas.
¡Aquí estamos pues
los Nuevos Forjadores!
Hijos de tus Hijos.
Tiempo desgranado antes del primer latido del universo
hasta abarcar la nada absoluta
hasta el fin de las eras.
Prestad atención entonces.
Éstas son nuestras huellas
nuestras palabras
nuestro legado
y la más poderosa de las espadas.
© 2016 Antonio Alejandro Galland
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Alejandro; Tu poesía me conmueve hasta las lágrimas. En serio estoy llorando!
ResponderBorrarNo lloré por mi esposa muerta!
Lloro como nunca por mi tiempo perdido y creeme,que los admiro y los amo, más que a la poca familia que me queda!
Larga y productiva vida a nuestra reina Su! y a todos los hermanos mayores en forjadores!
Ojalá al menos pueda reducir la distancia entre mis sueños y el rápido trote que vuestras mentes creativas llevan!
Muy bueno, como casi todo lo que leo tuyo felicitaciones
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