CUENTO: El agua de Bacálape, por Víctor Pintado

Los cálculos pueden fallar, los planes pueden no salir como esperábamos. Cuando se viaja por el espacio en un módulo desechable, cuatro meses, cuatro días o cuatro semanas no son exactamente lo mismo.



“El agua que pronto nos hizo longevos,
la raspa la dobla, la deja sin huevos.”
(Poeta madrileño anónimo)


Eran dos que bajaron a un planeta.

—¡Caramba!— dijo el almirante Solomille—. ¡Si no hay agua! ¡Usted dijo que sus lecturas indicaban grandes cantidades de agua en la superficie de este planeta!

Dignamente, la cadete Laura Cebamates replicó:

—Y así era, señor, hasta un minuto antes de que el módulo desechable aterrizara en la cima de este monte.

—¡Rayos y centellas lunares, cadete! ¡Los cálculos previos nos daban un margen de supervivencia de cuatro meses! ¡Pero si, contrariamente a nuestros pronósticos, no hay agua en Bacálape, sólo podremos sobrevivir cuatro días! Cuando dentro de cuatro semanas vengan a recogernos, ¡nos encontrarán MUERTOS!

—No, si ya me decía mi madre que me metiese a estudiar Derecho.

© 2006 Víctor Pintado
© 2006 Sergio Monterrubio Maríquez (ilustración)

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Conversación en la Forja

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