FRASES PERTURBADORAS: Víctor Drax


Ante aquella comedia, el oficial se quitó la gorra, se fregó la cara con una mano y se cubrió la boca.

—Ustedes me están diciendo —exclamó al fin—, que plantaron una mina debajo del cadáver de Borja. ¿Y después de activarla se dieron cuenta de que no estaba muerto, sino de parranda?

Ninguno de los soldados habló. Intercambiaron una mirada y se sumieron en la vergüenza infantil de los niños que juegan al fútbol en la sala de la casa, hiriendo de muerte al jarrón valioso.

—Era para el enemigo —dijo Rodríguez.

—Cuando lo movieran, ¡ka-boom! —agregó López.

Las minas funcionan en base a peso: de acuerdo a la presión que apliques, arranca el mecanismo. Una antitanque pide unas cuarenta toneladas, pero una antipersonal amerita sólo que levantes el pie para hacer, en las coloridas palabras de López, “ka-boom”.

El oficial encogió los hombros.

—No tenemos expertos —dijo—. Todos están en el frente. ¿Por qué no le chequearon el pulso? Ustedes dos no toman buenas decisiones.

Los soldados bajaron la cara y el oficial se acordó de su perro cuando se mea en la alfombra.

—¿Me van a traer el puto cigarro sí o no? —Borja manoteó al aire.

© 2018 Víctor Drax

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Conversación en la Forja

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